domingo, 22 de febrero de 2009

La ventana rota de Venezuela

En marzo de 1982, apareció un articulo en la revista "The Atlantic" que expuso una teoría que hasta el día de hoy es la base de los programas usados por múltiples fuerzas de seguridad alrededor del mundo para disminuir la tasa de criminalidad en una urbanización haciendo labores de "prevención". Es lo que hoy se conoce como la "Teoria de la Ventana Rota" (Broken Windows theory). Los interesados pueden leer el artículo original (algo extenso).

En resumen, si todas las casas de un vecindario se mantienen cuidadas, la tasa de criminalidad tiende a bajar. Basta con que una casa deje una ventana rota sin reparar por un tiempo y todo el vecindario comenzara a deteriorarse, lo que vendrá acompañado de un aumento de la tasa de criminalidad. Este efecto incluso ha sido demostrado experimentalmente.

Que tiene que ver todo esto con Venezuela?

Piénsenlo un poco.

La degeneración Social y Estructural que ha ocurrido en Venezuela en los últimos años es impresionante. Lo curioso es que no esta ocurriendo nada que no hubiera ocurrido desde la década de los 80: Calles en mal estado, los hospitales que no funcionan, falta de escuelas primarias publicas, las pocas que hay están en mal estado, la crisis de los hospitales, el problema de la recolección de basura, jueces y funcionarios corruptos. Es solo que ahora estos males están amplificado.

Que paso? Nos acostumbramos a ese caos. Nos acostumbramos a la mediocridad. Toda la generación que actualmente mueve el pais (miembros casi todos de de los Baby Boomers, y muchos parte de la Generación X) crecimos y asumimos "normal" el hecho que las calles están mal cuidadas, los colegios públicos no sirven, los hospitales son sitios para ir a morir y no para que te atiendan, en las elecciones hay trampa, los Graffiti son parte del panorama urbano, todo lo importado cuesta 4 veces mas aquí que afuera, los barrios son terreno sin ley donde el extraño que entra se muere, es normal que haya que "aceitarle" las manos a un funcionario para que los tramites sean efectivos, y hay miles de formas de "convencer" a un juez de cual es la decisión "correcta".

Nos acostumbramos a ver y tener las ventanas rotas. Y como estamos rodeados de ventanas rotas, no nos esforzamos por reparar las que se van rompiendo.

Pueden echarle la culpa que quieran a todos o algunos de los gobiernos desde Juan Vicente Gomez hasta Chavez, diciendo que esa es su responsabilidad. En realidad hay muchas cosas que el ciudadano común puede hacer.

Pueden pintar o limpiar la fachada de su casa o del edificio, dueños de empresas pueden invertir en que el ambiente laboral sea optimo, padres y representantes pueden organizarse (como ha ocurrido) para recuperar/restaurar una escuela o cancha deportiva. Pueden recoger la basura que vean fuera de sitio y colocarla en el basurero mas cercano. Pueden enseñar a sus hijos que botar basura fuera de la papelera es malo, que no se debe insultar a los demás, que no se debe orinar en la calle, que no se debe cruzar la calle fuera del rallado. Enséñenles que fácil es ser un buen ciudadano.

Todos debemos comenzar a reparar las ventanas rotas de este país. Al final, en una verdadera democracia, los que hacen que un país funcione no son los cuerpos gubernamentales sino el pueblo.

Ahora ve y repara una ventana.


Links de interés:

Para aquellos habitantes de la ciudad de Caracas que deseen contribuir con sus municipios a reparar las ventanas rotas que existen, estos son los links con la información de contacto para denuncias de cada una de las 4 alcaldías (bueno, la de Sucre esta en construcción)
Bonus track:
Un videito de hace tiempo

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2 Comentarios:

Blogger Morbridae dijo...

Por eso es que mi casa está como está...

22 de marzo de 2009, 9:49 p. m.  
Blogger Orestes dijo...

Creo que no me equivoco... que este es un problema de "equilibrio de Nash" (Teoría de Juegos). Yo, como ciudadano vivaracho (término que se entiende más en estos días modernos que el término "Pícaro" de la antigüedad), busco cómo resolver mi vida lo mejor posible, con el menor esfuerzo.

Si yo, vivaracho, supiera que todos van a botar la basura en su sitio a partir de hoy, a lo mejor lo hago. Obtengo un lugar más aseado, saludable y "agradable", con un ínfimo esfuerzo.

Sin embargo, como tengo una sospecha (super-razonable!) de que soy yo el único (@%$!)-evón que va a esperar a ver un basurero adecuado para botar mi botella de cerveza, y que... por lo tanto, ese ínfimo esfuerzo va a tener un efecto despreciable (un épsilón >0?) sobre mi calidad de vida,... entonces decido ahorrarme ese esfuerzo.

Creo que si dejamos de pensar en "qué obtengo de ésto" para juzgar si hacemos ese esfuerzo o no, y empezamos a pensar en "cómo me siento yo al hacer ésto", habremos más personas alejándonos de ese "equilibrio perverso" de Nash.

El problema, es lograr inculcar el gusto de "buscar ser la persona que quisiera ser".

En un ambiente en el que uno no tiene el mínimo vital garantizado (hacer las cosas correctas no te garantiza el status-quo), es difícil, pero no imposible. Puede ocurrir cuando un niño admira a su padre, o a su maestro/maestra.

No es muy tarde, creo yo.

22 de febrero de 2010, 4:22 p. m.  

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